Consejos útiles para viajar con tu gato

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Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

A la mayoría de los gatos no les hace mucha gracia los viajes: suelen estar fuertemente vinculados a su territorio y se sienten muy vulnerables en un entorno nuevo. La gratificación de estar con la familia y de iniciar una aventura no apasiona al felino, a diferencia de lo que ocurre con sus primos caninos.

Si quieres llevarte a tu gato en un viaje en tren, coche o avión, tendrás que asegurarte de que vaya protegido y cómodo en un transportín adecuado y que siga confinado al final del trayecto, al menos hasta que esté a gusto en el nuevo entorno. Por supuesto hay algún que otro gato que viaja con frecuencia con su propietario y no siente pánico ni sale huyendo en un nuevo entorno, pero son casos contados.

Viajar en coche

Tener un gato suelto en el coche puede ser muy peligroso: no solo podría provocar un accidente por pegarse al conductor, sino que, si hubiese una ventanilla o puerta abiertas o se produjese un accidente, el gato podría escapar y acabar perdiéndose.

Tendrás que invertir en un transportín que sea sólido y fácil de limpiar, por si el gato orinase, defecase o vomitase durante el viaje. Ten en cuenta también el tiempo que hará, tanto en tu ubicación actual como la temperatura probable en tu destino. Si hay muchas probabilidades de que haga mucho calor, entonces utiliza un transportín que permita una buena ventilación; si va a hacer frío, sería útil uno que pueda proporcionar calidez sin corrientes y que a la vez permita una buena ventilación. Coloca el transportín donde vaya a estar seguro en caso de frenazos bruscos y donde a la vez haya buena ventilación: por ejemplo, no lo coloques debajo de mucho equipaje en la parte trasera del coche. No pongas al gato en el maletero y ten cuidado con la parte trasera de los vehículos de cinco puertas: la ventilación puede ser deficiente y tu gato podría sobrecalentarse. Puedes asegurar el transportín detrás de uno de los asientos delanteros o utilizar el cinturón de seguridad para asegurarte de que está bien sujeto al asiento.

Comprueba cómo está tu gato periódicamente, especialmente si hace demasiado calor: no subestimes lo rápido que puede aumentar la temperatura dentro de un coche. Tenlo en cuenta si haces una parada para comer y dejas al gato en el coche. Pon el coche en la sombra y deja las ventanas abiertas; si hace mucho calor, haz un pícnic y cómetelo cerca con el gato dentro de su transportín fuera del coche o con todas las puertas abiertas. Los golpes de calor pueden resultar letales.

 Viajar en tren

Como es obvio, si viajas en tren necesitarás un trasportín muy seguro del que tu gato no pueda escapar, pero también lo suficientemente ligero como para llevarlo de un lado a otro. Te interesa uno con la base sólida por si el gato orina, para que no manche el vagón. Fórralo con papel y material absorbente y lleva también cojines de repuesto. En función del tipo de tren y el espacio disponible, es probable que puedas tener al gato en el transportín sobre tu regazo.

Viajar en avión

Si tienes previsto viajar en avión con tu gato, entonces necesitas planificar el viaje con la suficiente antelación. Cada compañía aérea tiene sus propios requisitos y restricciones para viajar con mascotas. Muchas ya permiten que los gatos viajen en la cabina de pasajeros bajo el asiento delantero, así que asegúrate de comprobar el tamaño de dicho espacio antes de volar. Los transportines con laterales blandos pueden ser ideales para este espacio. También puede ser necesaria una visita al veterinario antes de volar si necesitas el registro de vacunas o un certificado médico. Aunque la mayoría de los gatos viaja bien, no se recomienda llevar a una gata embarazada o a gatitos de menos de tres meses de edad.

Llegada a destino

Cuando llegues, deja al gato en una habitación y procura que esta sea segura, cómoda y que no pueda escapar de ella. Ofrécele agua y un poco de comida, aunque es posible que no tenga ningún interés por comer hasta que se acomode un poco más. Alimentarlo con dos comidas al día lo animará a acudir a ti a por comida cuando lo llames. Poco a poco, déjalo explorar un poco más y utiliza la comida para asegurarte de que no vaya demasiado lejos y de que regrese para la comida habitual.

Uso del transportín

Para los gatos, la presentación del transportín suele significar un viaje al veterinario, por lo que no suele entusiasmarles entrar en ellos. Tómate tu tiempo para que el gato se acostumbre al transportín con tiempo suficiente antes del viaje.

Haz que sea un lugar agradable en el que estar: dale premios para gatos en su interior y haz una cama cómoda o coloca cojines con un olor familiar que puedas usar durante el viaje. Deja la puerta abierta y anima a tu gato a entrar y salir y a dormir dentro. Así, cuando llegue el momento del viaje de verdad, el gato al menos estará familiarizado con su entorno inmediato.

Si tienes más de un gato, es mejor tener un transportín para cada uno, para que haya una mejor ventilación, más espacio y menos posibilidades de sobrecalentamientos. Incluso los mejores amigos pueden llegar a estresarse durante un viaje, comportarse de una forma impropia y mostrarse inquietos entre ellos; los transportines separados evitarán toda lesión. Si por lo menos pueden verse y escucharse, se podrán sentir reconfortados.

Aplaza la comida entre cuatro o cinco horas antes del viaje, por si el gato se marease durante el trayecto. Ofrécele agua hasta el momento de salir y de nuevo durante el viaje siempre que sea posible. Puedes comprar cuencos que se acoplan a las jaulas para que el gato no los tire durante el viaje y que sean fáciles de rellenar sin tener que abrir la jaula, por si hubiese retrasos durante el viaje.

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