La historia de «llevarse como el perro y el gato»

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Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

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Utilizar la expresión «llevarse como el perro y el gato» para referirse a dos personas que no se llevan bien es habitual, pero ¿refleja la realidad? ¿Es cierto que los perros y los gatos se llevan mal?

El mito de que perros y gatos están siempre enfrentados se ha convertido en sinónimo de discusión. Y no de cualquier tipo, sino de peleas que implican mucha ira (en las que se enseñan los dientes, digamos). Sin embargo, la convivencia entre perros y gatos no tiene por qué ser una situación tan compleja.

A menudo considerados enemigos naturales por sus papeles diametralmente opuestos en el reino salvaje, gatos y perros cohabitaron no tan pacíficamente en África durante miles de años antes de ser domesticados por el ser humano, momento en el que parece que se enfrentaban continuamente.

No obstante, esto no significa que tus amigos peludos estén destinados a ser archienemigos para siempre. De hecho, a veces pueden llegar a convertirse en mejores amigos.

Un cachorro de labrador beige y unos gatitos duermen juntos

Cómo empezó todo

El origen de la expresión «llevarse como el perro y el gato» es un tanto ambiguo, ya que se remonta a hace unos cientos de años y la domesticación de estos animales es un factor clave en esta ecuación.

Los primeros indicios de la convivencia entre perros y gatos se remontan a hace mucho más tiempo, unos 12.000 años, cuando los gatos fueron domesticados por primera vez a medida que el mundo se orientaba hacia una economía basada en la agricultura y los granjeros se beneficiaban de estos grandes cazadores de ratones que mantenían a las ratas y otras plagas alejadas de las zonas donde se almacenaban los alimentos.

Sin embargo, como demuestran nuevos estudios sobre el ADN, los perros fueron domesticados hace 40.000 años, principalmente como compañeros de caza. De acuerdo con National Geographic, la domesticación del perro en Europa ocurrió hace entre 40.000 y 20.000 años. Además, está científicamente probado que los perros descienden de los lobos y que los gatos descienden de sus parientes salvajes africanos, pero ¿cómo empezaron exactamente a convivir estos dos polos opuestos?

En las primeras etapas de esta relación, los gatos continuaban siendo independientes y permanecían en instalaciones exteriores con fácil acceso a la comida, mientras que los perros reclamaban un lugar en el interior, frente al fuego crepitante. Por otro lado, al igual que los perros, todo apunta a que en un principio los gatos se habrían acercado a los asentamientos humanos en busca de comida, tal y como afirma El plural.

Esto podría explicar el antagonismo aparentemente natural entre ambos animales; de hecho, hay expertos que aseguran que la competencia por los escasos restos de comida habría dado lugar a frecuentes peleas entre los gatos y perros que deambulaban por las calles. Ante una situación hostil, los perros han heredado una serie de señales de comunicación que les permiten comunicar sus intenciones a otros perros, incluso cuando van a retirarse de una pelea.Los gatos, sin embargo, son depredadores solitarios que no cuentan con estas sofisticadas habilidades de comunicación, y ni los gatos ni los perros han heredado la capacidad de comunicarse con la otra especie. Entonces, ¿se pueden llevar bien los perros y los gatos? Por supuesto, aunque esto depende de una serie de factores como la edad que tengan cuando se conozcan, las experiencias previas que hayan tenido con otros perros/gatos, su temperamento en general y cómo se gestione el proceso de presentación.

Convivencia

A pesar de la tendencia instintiva a ser enemigos acérrimos, la relación entre gatos y perros presenta más matices que enzarzarse en una pelea ante el plato de comida.

Cahorro y gatito jugando en un sofá

Antagónicos

Reconozcámoslo: a veces, los perros y los gatos no se llevan bien. Especialmente, si uno o ambos animales han vivido en un entorno hostil antes de mudarse con sus cariñosos propietarios. Quizás tu cachorro no aprecie a su nuevo amigo felino, o viceversa, lo que puede provocar agresiones por parte de uno o ambos animales. Los gatos y los perros no comparten señales de comportamiento, lo que puede dar lugar a muchos malentendidos entre ellos.

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Los perros suelen perseguir a los gatos, ya que los felinos tienden a correr en un intento de ponerse a salvo y esto desencadena una respuesta instintiva de persecución en muchos perros.

No obstante, un comportamiento agresivo no significa necesariamente que los miembros de tu familia peluda no puedan convivir en armonía. Tal y como explica en Experto Animal Elena Torres, educadora canina y auxiliar técnica de veterinaria, tus mascotas pueden compartir el mismo hogar. Teniendo en cuenta los intereses y los instintos de cada mascota, los profesionales explican que se puede ayudar a mejorar la relación entre los miembros peludos de la familia supervisando sus interacciones y asegurándose de que cada animal tenga un espacio propio al que retirarse, como una jaula o una zona delimitada. Además, asegúrate de que nunca tengan que competir por nada, como el alimento o los lugares de descanso. Si tu perro y tu gato tienen una tendencia natural a hurgar en la comida del otro, sepáralos a la hora de comer. Esto no solo reduce cualquier comportamiento competitivo, sino que también garantiza que las mascotas no consuman más calorías de las que deberían.

Gatocracia

Si tu gato es el rey de la casa, os lo hará saber tanto a ti como a tu perro. Al haber evolucionado a partir de depredadores solitarios que necesitaban defender grandes territorios y los recursos que contenían, algunos gatos pueden mostrarse agresivos si se sienten amenazados. Esto puede ocurrir entre un perro y un gato que viven juntos, entre dos gatos o incluso entre un gato y sus humanos. Tu gato puede manifestar su agresividad mediante el lenguaje corporal, como la espalda arqueada y la cola erizada, o comportamientos como morder o arañar. También puede gruñir, bufar o enseñar los dientes para mantener a raya a otros animales.

Coexistencia

En ocasiones, un perro y un gato pueden vivir juntos, pero no se dan ni la hora. Si bien es preferible que se ignoren mutuamente a que vivan en una pelea constante, tus mascotas podrían disfrutar de una vida más plena y agradable si interactúan entre sí. Tanto los perros como los gatos tienen un increíble sentido del olfato y pueden sentirse tentados a olerse unos a otros, pero mientras que los perros suelen intentar olerse el trasero, los gatos prefieren olfatearse primero nariz con nariz. Si deseas propiciar una buena toma de contacto mediante el olfateo, puedes enseñar a tu perro a tumbarse tranquilamente cuando se lo indiques y recompensarle cuando permanezca así mientras tu gato le olfatea el hocico. Del mismo modo, puedes distraer y recompensar a tu gato con un pequeño premio mientras tu perro le olisquea el trasero (y posiblemente el resto de su pelo impregnado de olor).

Mejores amigos

A pesar de que parezca difícil, los perros y los gatos pueden vivir juntos, no solo como compañeros de piso, sino como auténticos mejores amigos. Una de las mejores formas de conseguir esta relación es invertir tiempo y paciencia en el periodo de presentación entre las dos mascotas, incluida la socialización. Quién sabe, puede que un día tu perro y tu gato acaben durmiendo acurrucados.

Al presentar un perro a un gato, es importante hacerlo poco a poco. Experto Animal nos recuerda que cada caso es particular, por lo que deberemos estar atentos a todas las reacciones. Además, recomiendan empezar con el intercambio de olores antes de las presentaciones cara a cara y, cuando llegue el momento de las presentaciones físicas, asegurarse de que el gato tenga una vía de escape fácil que pueda utilizar si no se siente cómodo.

Mito vs. realidad

¿Se pueden llevar bien los perros y los gatos? Sí que pueden. Existen muchos mitos sobre perros y gatos, y uno de ellos es la idea de que no pueden coexistir pacíficamente. Sin embargo, no siempre hay que fiarse de lo que digan las creencias populares.

Información acerca de la colaboradora

Christine O'Brien

Christine O'Brien

Christine Brovelli-O'Brien es doctora en Filología Inglesa, narradora consumada y amante de los animales de toda la vida. Miembro profesional de la Cat Writers' Association, su obra ha recibido Muse Medallions y Certificados de Excelencia. Cuando no está estudiando la salud y el comportamiento de las mascotas, se dedica a su hijo y sus cuatro mascotas.

 

Revisado por la Dr. Aileen Pypers, BSc, BVSc, PGDip

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