Sangre en las heces de los gatos: ¿Deberías preocuparte?

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Un gato gris con el pecho blanco apoyado en un regazo observa atentamente

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

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Siempre es preocupante ver sangre en las heces de tu gato. Al fin y al cabo, la sangre es mejor tenerla dentro del cuerpo. Sin embargo, la sangre en las heces de tu gato puede aparecer por muchas razones distintas, algunas de las cuales no son motivo de preocupación, y otras pueden ser muy graves. Entonces, ¿cómo puedes saber cuál es cuál y cuándo debes llevar a tu gato al veterinario? Veamos algunas de las causas más frecuentes de las heces con sangre en gatos, junto con algunos signos de problemas más graves.

Causas de la sangre en las heces de gato

Detectar sangre en las heces a veces no es tan evidente como podrías pensar. La sangre fresca es fácil de ver, pero las hemorragias que ocurren en las zonas más altas de los intestinos tienen un aspecto mucho más negro. Esto se debe a que la sangre ha sido parcialmente digerida, por lo que cambia su color. Añade a esto el hecho de que muchos gatos, convenientemente para sus propietarios, hacen sus necesidades fuera, no en un arenero. En estos casos, puede ser extremadamente difícil saber si estos gatos tienen un trastorno digestivo a menos que enfermen de forma evidente.

Básicamente, cualquier cosa que inflame o dañe el sensible revestimiento de los intestinos puede provocar hemorragias. Las causas más frecuentes de sangre en las heces de los gatos son:

  • Parásitos. Es conveniente mantener a tu gato al día con los tratamientos antiparasitarios. Los gatos que cazan mucho y se comen a sus presas pueden necesitar un tratamiento más regular. Incluso los gatos que no cazan pueden tener lombrices.

  • Diarrea. En muchos casos, la diarrea desaparece en uno o dos días. Pero si persiste, puede producirse una hemorragia.

  • Colitis. Se trata de una inflamación del intestino grueso y suele producir sangre fresca de color rojo brillante y mucosidad.

  • Enteropatías crónicas. Entre ellas encontramos varias afecciones, como la enteropatía que responde a la dieta, la enteropatía que responde a antibióticos y la enteropatía que responde a esteroides.

  • Reacciones adversas al alimento. Entre ellas están las alergias y las intolerancias alimentarias.

  • Cánceres o pólipos en el intestino.

  • Venenos. Algunos venenos, como los cebos para roedores, provocan hemorragias en todo el cuerpo, incluidos los intestinos.

     

  • Infecciones bacterianas o víricas.

  • Estrés. Vivir con otros gatos, o incluso cerca de los gatos de los vecinos, puede causarles estrés. Los gatos son criaturas sutiles y pueden ocultarlo muy bien.

Cuándo preocuparse

Tú conoces a tu gato mejor que nadie, pero cuanto más sepas lo que es normal para él, antes detectarás los cambios. Los mejores propietarios son los más observadores.

Obviamente, si tu gato utiliza un arenero, debería ser fácil detectar cambios en sus heces, o notar si hace esfuerzos o llora. Si defeca fuera de casa, intenta hacerte una idea de cuál es su rutina normal; ¿con qué frecuencia sale? ¿Es siempre después de comer? ¿Come y bebe con normalidad?

Muchos trastornos digestivos se resuelven por sí solos, o incluso pueden pasar desapercibidos, pero hay ocasiones en que sin duda debes acudir al veterinario.

  • ¿Parece que tu gato está enfermo? Si tu gato deja de comer o come menos, ha perdido peso, está aletargado o bebe más de lo habitual, debes acudir al veterinario. Suelen ser los primeros signos de muchos problemas diferentes, incluyendo los trastornos digestivos graves.

  • Si tiene diarrea acuosa grave, con o sin sangre, y sobre todo si tu gato también vomita, debes pedir ayuda. La pérdida de líquidos por vómitos y diarrea puede causar rápidamente deshidratación y pérdida de minerales importantes.

  • Tu gato hace esfuerzos al defecar. Puede ser un signo de estreñimiento, colitis o un cuerpo extraño en el intestino, pero también de obstrucción de la vejiga, lo que es una urgencia médica. Si alguna vez tu gato hace esfuerzos para defecar, acude al veterinario lo antes posible.

  • Larga duración. Aunque tu gato parezca animado y esté comiendo, si cualquier forma de malestar digestivo dura más de 48 horas, es mejor que le hagas una revisión si es posible.

Si decides ir al veterinario, intenta conseguir una muestra de sus heces. Tu veterinario querrá hacerle pruebas para detectar parásitos, infecciones y sangre. Es posible que tu veterinario también quiera hacer un análisis de sangre y, posiblemente, radiografías o una ecografía.

A menudo, unos días de alimentos muy digestibles (y a veces medicamentos) consiguen que todo vuelva a su cauce. Sin embargo, cuanto antes llegues al fondo del asunto, mejor. Y recuerda que los veterinarios están ahí para ayudarte a ti y a tus animales. No te preocupes nunca por exagerar, ya que siempre preferimos prevenir que curar.

Revisado por el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA)