Asma en gatos: signos, síntomas y tratamientos

Publicado por Jean Marie Bauhaus
minutos de lectura

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

¿Los gatos pueden tener asma? Al igual que los humanos, nuestros amigos felinos pueden tener asma. Así pues, si tu gato es propenso a los ruidos respiratorios o sibilancias, puede que no se trate simplemente de una bola de pelo. Según Balmesvet Veterinaris, el asma es una enfermedad muy frecuente que afecta a 1 de cada 100 gatos. Sigue leyendo para conocer los signos del asma en los gatos y para saber cómo puedes ayudar.

¿Qué es el asma en gatos?

En la actualidad sabemos que el asma felina forma parte de un trastorno más grave conocido como síndrome atópico felino. En este caso, los gatos padecen alergia a diversos alérgenos ambientales como el polen, los ácaros del polvo, los árboles y la hierba. Estos alérgenos pueden producir signos cutáneos como picor y el aseo excesivo, junto con signos intestinales como diarrea. Y cuando se inhalan, ciertos alérgenos pueden provocarle asma a tu gato.

Estos agentes irritantes desatan una respuesta inmunitaria que provoca la obstrucción de los bronquios de los pulmones y la inflamación de los tejidos circundantes, con lo que el gato entra en una situación de dificultad respiratoria.

Un gato atigrado gris descansa en una manta

Aunque en algunas ocasiones los gatos se recuperan por sí solos de los ataques asmáticos, la situación puede poner en peligro sus vidas, por lo que si tu gato experimenta un ataque asmático debes llevarlo al veterinario lo antes posible.

Causas del asma en gatos

Los gatos empiezan a desarrollar asma cuando el sistema inmunitario desarrolla anticuerpos frente a un alérgeno que se ha inhalado. Entonces, cuando el gato vuelve a inhalar ese alérgeno, estos anticuerpos se disparan, provocando una reacción inflamatoria en los pulmones que produce hinchazón, irritación y obstrucción de las vías respiratorias. Como resultado, se acumula una mucosidad espesa en los pulmones, lo que dificulta aún más la respiración del gato. Aunque el ejercicio y el estrés también pueden ser causas de un ataque en un gato asmático, los siguientes irritantes son los más propensos a provocar un ataque de asma:

  • Humo de cigarrillos
  • Humo de chimeneas
  • Polvo y polen
  • Moho y mildiú
  • Productos químicos de uso doméstico y de limpieza
  • Aerosoles
  • Polvo de la arena para gatos

Cómo reconocer un ataque de asma felina

Un ataque asmático puede ser difícil de detectar en un gato porque los signos pueden confundirse fácilmente con los de una bola de pelo, sobre todo en las primeras fases. Como indica el portal de Mis Animales, la tos asmática suele ser seca y a veces se puede confundir con náuseas, intentos de vómitos o expulsión de las bolas de pelo. Durante un ataque de asma, tu gato estará encorvado hacia el suelo, más bajo que cuando tose una bola de pelo, con la cabeza y el cuello completamente extendidos en un intento de tomar más aire. Escucha si hay sibilancias, toses o estornudos.

Otro inconveniente es que los ataques pueden no producirse con tanta frecuencia, al menos al principio, por lo que es más fácil descartarlos como signos de algo menos preocupante. También hay que prestar atención a otros signos de asma, como las sibilancias o la respiración dificultosa después de hacer ejercicio, o la intolerancia al ejercicio, es decir, que el gato se canse demasiado para realizar una actividad intensa. Este signo por sí solo es una buena razón para que tu gato sea examinado por un veterinario.

Diagnóstico del asma felina

Aunque no existe una prueba diagnóstica específica para el asma felina, es probable que el veterinario realice una serie de pruebas para descartar otras causas. También pueden recopilar información sobre el historial médico de tu gato y tus propias observaciones en casa.

Además de análisis de sangre, pruebas de alergia y una citología (que examina la mucosidad secretada por las vías respiratorias del gato), el veterinario puede realizar una radiografía y una tomografía computarizada para ver el estado de los pulmones. En caso necesario, puede realizarse una broncoscopia (examen de las vías respiratorias), que requerirá la aplicación de anestesia general a tu gato.

Tratamiento del asma felina

Si tu gato tiene asma persistente, es probable que empiece un tratamiento regular con corticoides para reducir la inflamación pulmonar. También puede recomendarse un broncodilatador similar a un inhalador humano, que se administrará cuando sea necesario. Estos inhaladores pueden ir acompañados de una cámara de inhalación fabricada específicamente para gatos con el fin de ayudarles a respirar.

Además de la medicación, es importante que hagas todo lo posible por eliminar de tu casa los alérgenos que pueden provocar asma a tu gato. Si fumas, lo mejor para tu gato será que lo hagas en la calle y laves a fondo la ropa con detergentes aptos para mascotas. Incluso podrías intentar dejar de fumar, sería lo mejor para ambos. Por otra parte, debes mantener a tu gato alejado de estufas o chimeneas de leña. Limpia a fondo tu casa para eliminar el moho y acostúmbrate a quitar el polvo y pasar la aspiradora con regularidad.

También es buena idea utilizar soluciones de limpieza seguras para mascotas con ingredientes como vinagre y bicarbonato sódico. Evita encender velas, incienso o utilizar ambientadores perfumados. Por último, si tu gato utiliza arena para gatos con base de arcilla, considera la posibilidad de cambiarla por una sin polvo o por una arena alternativa con elementos sin polvo, como bolitas de pino, papel de periódico reciclado o cristales de sílice.

Por desgracia, el asma felina no puede curarse. Sin embargo, se puede controlar y, con los cuidados adecuados y tu atención, tu gato asmático puede llegar a tener una vida larga y feliz.

Información acerca de la colaboradora

Jean Marie Bauhaus

Jean Marie Bauhaus

Jean Marie Bauhaus es una bloguera y novelista amante de los animales que vive en Tulsa, Oklahoma, desde donde suele escribir bajo la supervisión de sus queridas mascotas.

 

Revisado por el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA) y la Dra. Emma Milne (graduada en Ciencias Veterinarias, miembro del Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido)