Hacer una mudanza con un gato - Consejos y sugerencias

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Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

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Sarah WhiteheadAcerca de Sarah

Sarah Whitehead es una conocida especialista en comportamiento animal cualificada que vive en el Reino Unido y que siente una profunda pasión por desvelar los secretos del comportamiento animal. Con experiencia tanto en perros como en gatos, Sarah se dedica a ayudar a los propietarios a descifrar el sutil lenguaje de las señales corporales y el comportamiento de las mascotas. Cree que el adiestramiento y los juegos son herramientas poderosas no solo para mejorar la comunicación, sino para construir conexiones duraderas y significativas entre las personas y sus perros y gatos. El enfoque de Sarah combina la ciencia con la compasión, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo enriquecer la vida de nuestras mascotas y profundizar en el vínculo que compartimos con ellas.

 

Autora

Hace unos años, cuando me mudé de una casa a otra con mi gato, tuve la suerte de poder disponer de los dos espacios a la vez durante una semana. Ni que decir tiene que no facilitó en absoluto la mudanza (en todo caso, solo prolongó los contratiempos), salvo una pequeña gran excepción. 

Como especialista en comportamiento animal cualificada y entusiasta de la experimentación vital, me dio la oportunidad de poner a prueba una teoría sobre las mudanzas con gatos que llevaba tiempo pensando. Y me enseñó una gran lección. 

Para tu gato, su hogar es su castillo

Sabemos que para tu gato, su hogar es su castillo. La seguridad que aportan esas cuatro paredes no es solo física, ya que ofrecen protección y cobijo, sino que también aportan seguridad emocional a través de la familiaridad, la continuidad y, sobre todo, la seguridad olfativa.

Los gatos viven en un mundo de olores al igual que nosotros vivimos en un mundo de colores. Así es como se manejan en el mundo y reconocen a los demás dentro de él. De hecho, es la razón por la que nuestros gatos se frotan sobre nosotros todos los días: al impregnarnos con el olor de las glándulas de feromonas que tienen en las mejillas, a lo largo de la espalda y entre las almohadillas de las patas, se aseguran de que tengamos su olor y seamos así fácilmente reconocibles, incluso en la oscuridad o a distancia, como miembros de su familia en los que pueden confiar. 

Y deben hacerlo con frecuencia y regularidad. Los componentes químicos de las feromonas se descomponen a lo largo de varias horas, y el cambio de ese olor hace que nuestros gatos vuelvan a impregnarnos, con lo que la información olfativa se mantiene actualizada. 

La seguridad olfativa es esencial

Los gatos también dejan olor alrededor de nuestro hogar. Esto ocurre de forma natural, allí donde se acuestan y descansan, caminan o se frotan. Pero también pueden intensificarlo añadiendo deliberadamente más olor a los muebles, alfombras, moquetas o incluso a los marcos de las puertas, arañando o, en circunstancias más extremas, rociando orina o incluso haciendo «middening» (término de comportamiento felino para el marcaje con heces a plena vista).

Estas necesidades de intensificar su olor son difíciles de ignorar y suelen indicar que el gato no se encuentra bien o que está profundamente ansioso o infeliz.

Sin embargo, es posible que notes un aumento más suave del marcaje olfativo si tu gato solo necesita un poco más de seguridad emocional. ¿Ha llegado un nuevo gato a una casa cercana y tu gatito se siente un poco inseguro? Lo más probable es que empiece a arañar el felpudo para marcar los límites con su propio olor, anulando así el olor del otro gato que inevitablemente está entrando en su espacio a través de tus zapatillas. Sí, realmente puede ser así de sutil.

Tal es la importancia del espacio «sagrado» para tu gato que incluso la más mínima alteración en los olores puede ser suficiente para que haga un esfuerzo por restablecer la armonía olfativa. 

¿Tu gato se sube encima del portátil? Te contamos la razón.

¿Alguna vez te has preguntado por qué tu gato quiere tumbarse sobre el periódico mientras intentas leerlo? ¿O por qué se frota o rueda sobre los objetos nuevos que has traído a casa? ¿Puede que esté buscando atención? ¡Seguro! ¿Puede que esté haciendo que huela igual que el resto de la casa? Exacto.

Teniendo esto en cuenta, imaginemos lo que debe ser para nuestros gatos cuando no cambiamos solo una cosa de nuestra casa, sino todo, de golpe.

No cabe duda de que las mudanzas también son estresantes para nosotros, pero somos conscientes de lo que hacemos y, aunque nos inquieten durante un tiempo, pronto nos acostumbramos a nuestro nuevo entorno y afrontamos los cambios.

Las mudanzas son estresantes para los gatos

Sin embargo, para nuestros gatos, la pérdida de su antiguo hogar familiar puede ser perturbadora. Todo es nuevo, diferente, y no sabe dónde está en términos de ubicación física. La propia casa olerá a algo desconocido o, lo que es peor, a otros gatos u animales, lo que puede resultar desconcertante para una especie que no es sociable y que no lleva bien la aparición de extraños. En la mente de tu gato, si puedes olerlo, entonces debe estar ahí en alguna parte. 

Sin embargo, la buena noticia es que hay medidas que puedes tomar para minimizar el estrés de tu mascota y hacer que el proceso de adaptación sea lo más cómodo y sencillo posible.

Entonces, ¿cómo puedes hacer que la mudanza sea menos traumática para tu gato?

Cómo preparar a un gato para una mudanza

Bien, así está la cosa. Tu gato sabrá mucho antes de que aparezcan los de la mudanza que algo gordo está pasando. No se trata de telepatía felina, sino de simple observación del comportamiento humano. Tu gato te habrá estado observando actuar de forma extraña durante días, puede incluso que semanas, y entonces, por fin, sacas el transportín, confirmando todos sus temores, y con un movimiento de la cola y un golpe de la gatera, sale disparado.

Para evitar que esto ocurra, tienen que ocurrir cuatro cosas:

  1. Familiaridad con el transportín
    Tu gato debe ver su transportín como un lugar agradable en el que estar: esto significa que mucho antes de la mudanza el transportín debe estar integrado en tu casa como parte del mobiliario y tu gato debe poder explorarlo, dormir y jugar en él, igual que lo haría si fuera una caja de cartón.
  2. Evita que se escape
    Hay que mantener al gato en una habitación segura, con alimento, un arenero y una cama, algunos días antes de que se produzcan cambios importantes en el hogar, sobre todo si tiene un carácter sensible. Así evitas el riesgo de que desaparezca pocos días antes de la mudanza.
  3. La seguridad es lo primero
    El día de la mudanza, tu gato debe estar en un lugar seguro, alejado de la casa y de todos los elementos perturbadores y caóticos que forman parte inevitable del proceso. Recurre a un alojamiento para gatos si es la única forma de garantizar su bienestar mientras estás distraído.
  4. Apoyo veterinario
    Si tu gato es muy sensible o nervioso, pide consejo a tu veterinario sobre algún medicamento temporal que le ayude a afrontar los cambios que se avecinan. En la actualidad existen algunas opciones muy eficaces que tienen la ventaja de ser «moduladoras de la memoria», es decir, que pueden ayudar a prevenir los efectos a largo plazo del trauma, además de aliviar la ansiedad a corto plazo. 

Cómo aclimatar a tu gato a un nuevo hogar

  1. En cuanto estés en tu nueva casa, asigna una habitación a tu gato. Esta habitación DEBE tener una puerta y ventanas seguras, y también una cerradura en la puerta para que nadie pueda entrar accidentalmente y dejar salir a tu gato por error.
  2. En esta habitación, debes tener el alimento, el agua y un arenero para tu gato (colocado lo más lejos posible del resto de elementos). Debe tener varios lugares donde esconderse: las cajas de cartón grandes a los lados son ideales para ello, y debe disponer también de un lecho suave y familiar para descansar.
  3. Lo ideal es que tu gato también cuente con un lugar alto donde subirse. Esto le ayudará a sentirse más seguro. No te preocupes por que la habitación sea pequeña o aburrida: es un escondite temporal y la seguridad es mucho más importante que el entretenimiento en esta fase.
  4. Las únicas visitas que necesita tu gato en esta fase inicial son las tuyas y las de cualquier otra persona con la que tenga un vínculo afectivo. Tu gato no necesita la compañía de extraños: esto solo aumentará su ansiedad.

Tras la mudanza

El tiempo que mantengas a tu gato en su habitación asignada dependerá de su confianza y de lo tranquilas que estén las cosas en tu nuevo hogar.

Sabrás que está preparado para seguir explorando si acude alegremente a saludarte cuando entres en su habitación, come contigo allí y juega un poco. Estas son buenas señales de que tu gato se está adaptando.

En esta fase, anima a tu gato a frotarse con una manta o paño limpio cuando interactúe contigo. Lleva la manta o paño inmediatamente a la siguiente habitación que vaya a explorar y frótala por las paredes, el marco de la puerta y los muebles. Ahora, lleva a tu gato a la nueva habitación (con todas las demás puertas y ventanas cerradas y aseguradas) y deja que la explore. Con un poco de suerte, su propio olor familiar en la habitación le hará sentirse como en casa, y luego puedes seguir haciendo lo mismo con todas las demás habitaciones, ayudándole gradualmente a sentirse cómodo en cada una.

Cuándo dejar salir a tu gato en su nuevo hogar

Si tu gato está acostumbrado a salir al exterior, es imprescindible que esté seguro, cómodo y relajado en su nuevo hogar antes de dejarle salir. No existe una norma fija sobre el tiempo que debe transcurrir tras la mudanza, pero suele recomendarse un mínimo de tres semanas. 

Volvamos a mi experiencia con los gatos y la mudanza hace ya varios años. Como tuve la suerte de poder trasladarme de una propiedad a otra durante unos días antes de la mudanza real, actué siguiendo mi propio criterio. Cogí un paño sobre el que había estado durmiendo mi precioso gato Alex y lo pasé por los marcos y rodapiés de todas las habitaciones de la nueva casa. Avancemos hasta el día de la mudanza: Metí a Alex en la habitación que le había asignado en cuanto se fueron los de la mudanza y me quedé con él mientras exploraba. Alex olfateó, miró a su alrededor y empezó a frotarse en mí y en los objetos de la habitación casi de inmediato. Disfrutó de la cena y luego se echó una siesta. Era como si ya estuviera en su territorio, como si ya hubiera estado allí antes. Y en cierto modo, ¡lo había hecho!