Ansiedad en los gatos: claves para entender a tu gato estresado

Puedes chinchar a alguien diciéndole que está como gato panza arriba, o incluso reírte entre dientes cuando algo asusta a tu gatito y lo hace saltar, pero un gato miedoso y con ansiedad no es cosa de risa. La ansiedad en los gatos puede ser un problema grave, especialmente si no se trata. Si crees que estás ante un gato estresado, sigue leyendo para comprender qué le pasa a tu gatito y cómo puedes ayudarle.

Qué es la ansiedad en los gatos

Los gatos sienten ansiedad cuando prevén un peligro de «origen desconocido o imaginado que acarrea reacciones corporales normales... asociadas al miedo», explica PetMD. En otras palabras, un gato con ansiedad padece estrés crónico y tiene miedo sin motivo aparente. Sin embargo, eso no significa que no haya una razón. Solo significa que determinar la causa puede llevar algo de tiempo e investigación.

Las posibles causas que pueden derivar en un gato estresado son muchas y variadas. El origen de la ansiedad en los gatos puede ser el dolor o una enfermedad, la exposición a algo tóxico o enfermedades infecciosas que afectan al sistema nervioso. Un desencadenante psicológico puede ser el culpable, como una experiencia traumática, la falta de una socialización adecuada o un historial de abusos o negligencia. El envejecimiento del cerebro también puede provocar ansiedad, especialmente en los gatos mayores que sufren problemas de memoria o demencia. El dolor articular en los gatos mayores también puede ser una fuente de conductas relacionadas con la ansiedad, como el hecho de esconderse o de no lograr utilizar la bandeja de arena. Otras causas posibles de la ansiedad en los gatos pueden ser los muebles nuevos o en nuevas ubicaciones, una nueva mascota o bebé en casa, o incluso una nueva casa.

Una de las formas más habituales de ansiedad en los gatos es la ansiedad por separación, que se produce cuando tu gato siente inquietud y estrés cuando sales de su vista o se queda solo en casa. Es algo especialmente frecuente entre gatos con antecedentes de abandono o que han sido reubicados o han pasado de un dueño a otro, según PetMD.

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), caracterizado por conductas repetitivas exageradas, también puede afectar a los gatos. Las causas del TOC en los gatos no se conocen bien, y suele clasificarse como un trastorno mental, aunque su origen puede ser el estrés, tal como explica PetMD. Los dueños de mascotas pueden reforzar las conductas TOC sin querer intentando aliviar a sus gatos o prestándoles atención cuando están mostrando la conducta no deseada. También cabe recordar que algunas razas están genéticamente predispuestas a determinadas conductas obsesivas-compulsivas. Los siameses y otras razas asiáticas son especialmente conocidos por este tipo de conductas.

¿Y cómo puedes saber si tu gato siente ansiedad?

Vigila los signos

No es demasiado difícil detectar si un gatito tiene ansiedad. PetMD identifica los siguientes signos y síntomas de la ansiedad general en los gatos:

• temblores;
• retraimiento y ocultación;
• reducción del nivel de actividad;
• intentos de huida;
• conducta destructiva o agresiva;
• diarrea;
• incapacidad de usar la bandeja de arena;
• llagas y lesiones derivadas de un aseo excesivo.

También son signos de ansiedad una pérdida o reducción del apetito, pérdida de peso, vocalización excesiva, letargo e inquietud, señala PetMD. El TOC puede identificarse por conductas repetitivas y excesivas, como comer, chupar o masticar tejidos, aseo obsesivo, maullidos o llantos repetitivos y paseos constantes. En un caso de ansiedad por separación, es probable que tu gato esté bien mientras estás cerca, pero que actúe con ansiedad cuando siente que estás a punto de irte.

Cómo ayudar a tu gato estresado

Lo primero que debes saber para poder ayudar a tu gato con ansiedad es que nunca debes castigarlo o reprenderlo por su conducta ansiosa. De esta forma solo aumentarías las asociaciones negativas y el miedo, empeorando las cosas en lugar de mejorarlas. El objetivo debería ser ayudarlo a sentirse seguro y relajado en su entorno.

Una vez has identificado conductas ansiosas en tu gato, el primer paso es concertar una cita con el veterinario para que diagnostique o descarte problemas de salud subyacentes o toxinas que puedan estar causando el estrés de tu gatito. Como los gatos tienden a esconder su dolor, probablemente no sea algo obvio, y puede requerir una serie exhaustiva de análisis sanguíneos y de otras pruebas. Si resulta que tu gato sufre dolor o un problema médico, tratar dicho problema puede ser lo único que haga falta para eliminar la conducta ansiosa y para ayudar a tu gatito a volver a ser el de siempre.

Por otra parte, si el veterinario descarta un problema físico como la causa, puede significar que el problema es psicológico. Si es el caso, el veterinario podrá recomendarte una opción de tratamiento.

Además de recetar medicamentos ansiolíticos para ayudar a que tu gato esté tranquilo, el veterinario puede recomendar un adiestrador o conductista animal, que puede ayudaros tanto a ti como a tu gato por medio del condicionamiento conductual y el contracondicionamiento. El condicionamiento conductual implica la identificación de los desencadenantes del miedo en la vida de tu gatito y o bien desensibilizarlo ante estos desencadenantes por medio de una exposición segura y repetida o eliminándolos de su entorno. El contracondicionamiento, que es similar, implica adiestrar a tu gato para que sustituya una conducta negativa con una positiva, mientras se forman asociaciones positivas con la nueva conducta. Por ejemplo, si tu gato se siente ansioso cuando percibe que vas a irte, adiéstralo para que vaya a tumbarse y recompénsalo cuando lo haga con un premio o uno de sus juguetes preferidos. Con el tiempo, asociará tu marcha con esta recompensa positiva y aprenderá a aceptarla. El objetivo general de este adiestramiento y condicionamiento es enseñarle a tu gato que está seguro y que puede relajarse.

Si no se trata

La ansiedad no tratada no mejorará por sí sola, y probablemente empeorará con el tiempo, a la vez que las conductas no deseadas se vuelvan más pronunciadas. Al igual que las personas, el estrés crónico puede tener un efecto psicológico en la salud de tu gatito. Si persiste, podría poner en peligro su sistema inmunitario y volverlo más vulnerable a las enfermedades, que, a su vez, acentuarán su estrés. También podría padecer depresión grave además de la ansiedad, lo que podría derivar en problemas de conducta adicionales. Ocuparse de la ansiedad de tu gato lo antes posible no solo redunda en beneficio de tu gato, sino también de tener un hogar tranquilo.

Si crees que tu gato tiene ansiedad, no te desanimes. Con amor, paciencia y ganas de ayudar, tu gato tiene excelentes posibilidades de recuperarse por completo y de volver a ser el gato sano y feliz de siempre.