Cómo saber si tu gato tiene un problema en la piel

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Gato naranja de pie mirando al cuenco de alimento húmedo que sostiene su propietario.

Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

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Una de las cosas que más nos gustan de nuestros gatos es lo limpios que son. Dedican varias horas al día a mantener su pelo y su piel en perfectas condiciones. De hecho, la mayoría pasan entre un tercio y la mitad del tiempo que están despiertos aseándose. ¿Qué signos podrían revelar que tu mascota ha desarrollado una afección cutánea?

Existen numerosos factores por los que tu gato puede sufrir picor, inflamación y molestias cutáneas. Estos son algunos de los más comunes:

  • Parásitos como pulgas y ácaros.

  • Alergias ambientales (dermatitis atópica).

  • Infecciones cutáneas.

  • Alergias alimentarias.

  • Reacciones al contacto con productos químicos.

  • Abscesos y heridas causadas por enfrentamientos.

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Signos de afección cutánea en gatos

Los problemas en la piel suelen causar picor e inflamación, por lo que muchos signos de problemas cutáneos se deben a esta irritación y a cómo reacciona tu mascota. Algunos son muy evidentes, pero otros pueden ser más sutiles.

  1. Aseo excesivo. Como hemos dicho, los gatos se asean durante horas cada día, pero si tienes la sensación de que tu mascota no hace más que asearse, puede que ocurra algo más. También puede darse el caso de que tu gato esté paseando o haciendo algo y de repente empiece a asearse como si algo le sobresaltara. Este es un clásico signo de picor.

  2. Tu mascota se rasca o su piel se crispa. Si tu gato se rasca mucho o notas que su piel se crispa continuamente, seguramente sienta picor.

     

  3. Bolas de pelo. Los gatos son criaturas bastante reservadas, y están activos parte del tiempo que pasamos dormidos, por lo que puede que no te des cuenta si tu mascota comienza a asearse en exceso. Sin embargo, las bolas de pelo pueden ser un efecto secundario de un exceso de aseo, sobre todo si tu gato tiene el pelo largo. Si de repente notas que tu mascota las expulsa más de lo habitual, debes llevarlo al veterinario.

  4. Pérdida de pelo. Como los gatos tienen la lengua áspera, un aseo excesivo puede hacer que pierdan mucho pelo. Esto puede deberse a que tu mascota lo arranque, pero normalmente se debe a que la presión constante hace que el pelo se quiebre desde la base. Puede que veas calvas, pero si te fijas bien quizás descubras puntas. Si tu gato realmente tiene un problema de pérdida de pelo (por ejemplo, si este ha dejado de crecer o se pierde desde la raíz por algún motivo), el resultado será diferente: habrá calvas.

  5. Enrojecimiento o inflamación. Como nuestras mascotas tienen pelo, es posible que no percibamos la inflamación o el enrojecimiento de su piel, a menos que haya pérdida de pelo o que afecten a zonas sin pelo como el interior de las orejas o el abdomen. Si esto te preocupa, puedes separar el pelo y ver si hay zonas de la piel que estén más enrojecidas que otras.

  6. Signos de la existencia de parásitos. Las pulgas son causa frecuente de afecciones cutáneas, sobre todo en gatos que sufren alergias. Busca parásitos, excrementos de pulga (excrementos con sangre que parecen suciedad pero se tornan rojos al humedecerlos con papel) y costras, especialmente en torno a la base de la cola y las orejas o el cuello.

  7. Abscesos. Los gatos son animales solitarios por naturaleza, y suelen ver a otros gatos como una amenaza. Los abscesos son un resultado común de los enfrentamientos. Suelen aparecer en la cara y la cabeza, o cerca del trasero. Son focos de infección y pus que se desarrollan de forma gradual, como ocurre con los granos, y luego supuran. Al principio, los abscesos se muestran en forma de hinchazón, pero cuando alcanzan un punto crítico el pus puede filtrarse y provocar la caída del pelo.

  8. Costras. Las costras también pueden estar ocultas, pero al acariciar a tu mascota podrías detectar costras en su pelo.

Todos estos signos podrían sugerir que tu gato tiene alguna afección cutánea o problemas médicos subyacentes. No dudes en contactar con tu veterinario ante cualquier preocupación, por pequeña que sea. Nunca será una pérdida de tiempo. Siempre es preferible prevenir que curar, y lo mejor es atajar los problemas médicos lo antes posible.

Revisado por el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA)