Virus de la leucemia felina (FeLV): síntomas, tratamiento y prevención

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La leucemia en cualquier especie es un cáncer que afecta a los tejidos que producen la sangre. Estos son principalmente la médula ósea y el sistema linfático. En los gatos, como en otros animales, la leucemia puede aparecer espontáneamente como cualquier cáncer, pero la causa más frecuente de leucemia en los gatos es, con diferencia, una infección vírica. En este artículo trataremos el virus de la leucemia felina (FeLV). El FeLV provoca el cáncer de leucemia en los gatos, pero también puede afectar de otras formas, como veremos a continuación. No todos los gatos con FeLV desarrollarán cáncer y no todos los gatos con leucemia tienen FeLV.

Aunque la leucemia felina causada por el FeLV puede ser una enfermedad difícil de manejar, las mascotas que la tienen pueden vivir relativamente felices, aunque con una vida más corta. Comprender los síntomas de la leucemia felina puede ayudarte a cuidar mejor a un gato con esta enfermedad. Además, si te familiarizas con el FeLV, podrás detectarlo antes o prevenirlo por completo.

¿Qué es la leucemia felina?

En lo que respecta al FeLV, la clínica veterinaria Occidente indica que EE. UU. y Canadá, así como algunas zonas de Europa, tienen unos bajos índices de infección, situándose entre el 1% y el 2% en España. Esta enfermedad vírica contagiosa se transmite entre gatos, principalmente a través de la saliva o la sangre. El FeLV también puede propagarse a través de la orina y las heces, y de una gata en gestación a su gatito en el útero (en el vientre materno) o a través de la leche de la madre.

Aunque el FeLV puede contraerse a través de peleas, es más conocida por ser una «enfermedad cariñosa»: los gatos pueden contagiarla frotándose la nariz y acicalándose unos a otros. Un gato con FeLV puede contagiar la enfermedad aunque parezca perfectamente sano.

El FeLV es una de las principales causas de muerte entre los gatos. Afortunadamente, la incidencia del FeLV ha disminuido significativamente gracias a la detección precoz, a un mayor conocimiento de los signos y a vacunas eficaces.

¿Cuáles son los síntomas del FeLV?

Las infecciones por FeLV pueden ser complicadas por dos razones principales: el virus ataca a muchos sistemas del organismo, y los signos varían según el sistema afectado. Es una de las causas más frecuentes de cáncer en los gatos y puede provocar trastornos sanguíneos. La leucemia felina debilita el sistema inmunitario del gato afectado, dejándolo susceptible a infecciones secundarias.

Un gato que ha sido infectado recientemente podría no mostrar ningún signo y, sin embargo, con el tiempo, su salud iría empeorando lentamente debido a repetidas infecciones, a un sistema inmunitario débil y/o al cáncer. Los gatos con el virus de la leucemia felina pueden manifestar:

  • Pérdida de peso
  • Falta de apetito
  • Pelo descuidado o en mal estado
  • Fiebre persistente o recurrente
  • Ganglios linfáticos inflamados
  • Encías pálidas o inflamadas
  • Problemas oculares
  • Convulsiones
  • Diarrea crónica o heces líquidas

Las infecciones recurrentes de la piel, la vejiga, la nariz y/o los ojos también son signos frecuentes de leucemia felina.

Gato de pelo largo y ojos verdes descansa en una cama.

¿Cómo se diagnostica la leucemia felina?

Si tu veterinario sospecha que tu gato tiene el virus de la leucemia felina, puede realizarle una prueba de detección mediante un sencillo análisis de sangre rápido. Si tu veterinario tiene un laboratorio de referencia, los resultados de las pruebas instantáneas pueden estar disponibles en 24 horas. En algunos casos, esta prueba también puede realizarse en la clínica mientras esperas.

La prueba rápida detecta el virus en la sangre; sin embargo, no es exacta al 100%. Si un gato da positivo en la prueba del FeLV hay que enviar otra muestra de sangre al laboratorio para confirmar la infección mediante una prueba IFA (ensayo de inmunofluorescencia indirecta: prueba científica para buscar anticuerpos específicos presentes en el FeLV). En algunos casos, también se realiza un análisis de sangre por PCR (reacción en cadena de la polimerasa). Tu veterinario sabrá qué prueba es la adecuada para tu gato.

¿Qué pasa si mi gato da positivo en las pruebas del FeLV?

Lo primero es lo primero: ¡que no cunda el pánico! Un resultado positivo no significa necesariamente que tu gato tenga el FeLV. El portal AniCura explica que muchos gatos están obteniendo un resultado falso positivo en el test rápido de leucemia felina. Si tu gato o gatito da positivo, se realizará una de las pruebas de laboratorio más precisas que hemos mencionado antes. Los gatos que den positivo en ambas pruebas deben aislarse de otros gatos y volver a someterse a la prueba en 12-16 semanas. A veces los gatos dan positivo porque han estado expuestos recientemente, pero luego rechazan el virus. Un nuevo análisis puede mostrar que son negativos.

En función del resultado combinado de estas pruebas, tu veterinario podrá hacerte la recomendación más precisa sobre qué hacer a continuación.

¿Cuál es el tratamiento de la leucemia felina?

No existe una cura definitiva para el FeLV. Lamentablemente, la mayoría de los gatos con la enfermedad mueren en un plazo de 2 a 4 años, pero con un buen manejo y atención veterinaria, pueden seguir teniendo una buena calidad de vida durante ese tiempo. El cuidado y el pronóstico de tu gato dependerán de lo que cause exactamente el virus en cada gato en un momento dado. Las tres formas principales en que puede verse afectado tu gato son la anemia, el debilitamiento del sistema inmunitario y el cáncer. Ten en cuenta que tu gato puede tener uno, dos o los tres al mismo tiempo.

  • Anemia. Aunque cualquier causa de leucemia afecta principalmente a los glóbulos blancos, también puede verse afectada la producción de glóbulos rojos. Si tu gato tiene anemia, puede necesitar productos hemoderivados o transfusiones, si es una opción donde vives.
  • Sistema inmunitario debilitado. Debido a unos bajos niveles de glóbulos blancos, tu gato será propenso a sucumbir a infecciones que normalmente combatiría con facilidad. En estos casos, el veterinario puede tener que administrar antibióticos u otros medicamentos, dependiendo de la infección que tenga tu gato. Es posible que debas tener mucho cuidado con las posibles vías de infección en la casa, como las visitas, etc.
  • Cáncer. Si tu gato desarrolla cáncer de leucemia, el pronóstico es más delicado. Tu veterinario te aconsejará qué puedes hacer, si es que puedes hacer algo, si se da esa situación.

Debido a todas las formas en que tu gato puede verse afectado por el FeLV, es importante que permanezca bajo la estrecha supervisión de un veterinario que pueda atajar rápidamente cualquier problema, como complicaciones de infecciones secundarias, para garantizar que se mantenga lo más sano posible. Se recomienda realizar exámenes veterinarios dos veces al año, que pueden incluir análisis de sangre u orina anuales o semestrales.

Como el FeLV puede contagiarse fácilmente a otros gatos, es crucial que las mascotas infectadas permanezcan estrictamente dentro de casa, idealmente en un hogar donde no haya otros gatos. Los gatos con FeLV pueden verse más afectados por los ambientes estresantes, porque el estrés también debilita el sistema inmunitario. Proporcionar actividades enriquecedoras en el interior, como añadir juguetes o elementos nuevos a su espacio de juego, puede ayudar a reducir el estrés. Considera también la posibilidad de que un veterinario vaya a tu casa para sugerirte formas de hacer que el espacio sea más tranquilizador para un gato con FeLV.

La comida cruda nunca es ideal para los animales por muchas razones, pero dado que tienen un sistema inmunitario debilitado, los gatos con FeLV no deben ser alimentados con comida cruda, sino con un alimento seco y/o en lata completo y equilibrado.

¿Se puede prevenir la leucemia felina?

Sí, la leucemia felina puede prevenirse mediante la vacunación. La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) actualiza regularmente las pautas de vacunación. Recomiendan vacunar a todos los gatitos a partir de las 8 semanas de edad, con una segunda dosis 3-4 semanas después. Los gatos mayores deben recibir dos dosis de la vacuna con un intervalo de 3-4 semanas. Tanto los gatitos como los gatos mayores necesitan un refuerzo a los 12 meses, y después la frecuencia dependerá del estilo de vida del gato y de su nivel de riesgo. Tu veterinario podrá ayudarte a decidir con qué frecuencia necesita tu gato una dosis de refuerzo.

Aunque puede ser emocionalmente agotador recibir un diagnóstico de leucemia felina, es importante mantener la calma mientras elaboras un plan con tu veterinario. Lo mejor que puedes hacer es seguir sus consejos al pie de la letra.

Información acerca de la colaboradora

Dr. Sarah Wooten

Dra. Sarah Wooten

La doctora Sarah Wooten se graduó en la Facultad de Medicina Veterinaria de la UC Davis en 2002. Es miembro de la Sociedad estadounidense de periodistas veterinarios (American Society of Veterinary Journalists) y compagina el ejercicio de la veterinaria de pequeños animales en Greeley, Colorado, con charlas sobre temas relacionados, liderazgo, comunicación con clientes y publicaciones. Le gusta el esquí, el submarinismo, ir de camping con su familia y participar en triatlones.

 

Revisado por la Dra. Emma Milne (graduada en Ciencias Veterinarias, miembro del Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido) y el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA)