La diabetes en gatos: causas, síntomas y tratamientos

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¿Qué es la diabetes en gatos?

La diabetes (diabetes mellitus) es una enfermedad que desarrolla tu gato cuando no logra utilizar el azúcar (glucosa) de forma eficaz o controlar sus niveles de azúcar en sangre. La insulina, una hormona que se produce en el páncreas, regula el uso y el almacenamiento de la glucosa en sangre, llevándola desde la sangre hasta las células donde se necesita. Es como si un padre recogiera a su hijo de la guardería y lo llevara a casa. Una producción insuficiente de insulina puede ser potencialmente mortal.

¿Qué causa la diabetes en los gatos?

La diabetes se manifiesta de dos formas diferentes. La primera consiste en que el sistema inmunitario empieza a atacar las células encargadas de producir insulina en el páncreas. Esto es irreversible y es más frecuente en perros que en gatos. La segunda, mucho más frecuente en gatos, se produce cuando las células del organismo se vuelven más resistentes a la insulina. Esto implica un mayor trabajo del páncreas para producir una mayor cantidad de insulina. Con el tiempo, las células se van agotando y la producción de insulina empieza a disminuir. Esto ocurre sobre todo en catos con obesidad o sobrepeso. Este tipo de diabetes puede remitir con un diagnóstico y un tratamiento rápidos, además de la pérdida de peso.

Entre otros factores que aumentan la probabilidad de que tu gato desarrolle diabetes, se incluyen:

  • Estado físico. Los gatos con sobrepeso tienen muchas más probabilidades de desarrollar diabetes. Los gatos con una obesidad grave son los que corren mayor riesgo.
  • Edad. Los gatos pueden desarrollar diabetes a cualquier edad, pero el punto crítico de aparición es alrededor de los ocho años.
  • Sexo. La diabetes en gatos es más frecuente en los machos.
  • Raza. Los burmeses corren más riesgo que otras razas.
  • Otros factores. La mala alimentación y los trastornos hormonales pueden aumentar el riesgo de diabetes.

¿Cuáles son los signos de la diabetes en gatos?

Los síntomas de la diabetes son difíciles de identificar porque son similares a los de otras enfermedades, como la enfermedad renal crónica y el hipertiroidismo. Si observas alguno de los siguientes síntomas, podría significar que tu gato tiene diabetes.

Signos y síntomas de la diabetes:

  • Aumento de la sed y de la micción

  • Pérdida de peso

  • Disminución o ausencia de apetito 

  • Aumento del apetito

  • Cansancio

  • Debilidad 

  • Letargo 

  • Vómitos

  • Depresión

  • Dolor abdominal

Si tu gato presenta estos síntomas, podría tener diabetes.

Diagnóstico de la diabetes en gatos

El veterinario realizará un análisis de sangre y analizará una muestra de orina. La falta de insulina para transportar la glucosa de la sangre a las células hace que el nivel de azúcar en sangre aumente cada vez más. Los riñones desempeñan un papel fundamental a la hora de mantener los niveles de azúcar y otros nutrientes en sangre dentro de unos límites normales y seguros. A esto se le llama «homeostasis». Los riñones empiezan a segregar más azúcar en la orina para intentar reducir los niveles en sangre. Actúan de manera similar al desagüe de seguridad en un fregadero. Por este motivo, los humanos y animales con diabetes tienen azúcar en la orina. 

Con los análisis de sangre se determinará si hay alguna otra enfermedad teniendo lugar al mismo tiempo y se analizará el nivel de glucosa en el torrente sanguíneo del gato. Algunos gatos sanos tendrán un nivel de glucosa alto solo por el estrés de ir a la clínica veterinaria, por lo que el veterinario puede analizar un marcador a más largo plazo llamado fructosamina. Es posible que también quiera realizar una serie de análisis de sangre o pedirte que realices tú uno mediante una punción en la piel de tu gato en casa, donde estará más relajado y los resultados serán más fiables. También existen dispositivos que se implantan en la piel y controlan continuamente la glucosa de tu gato. Son útiles tanto en la fase de diagnóstico como en el seguimiento posterior de la eficacia del tratamiento.

Tratamiento de la diabetes en gatos

Las claves para un tratamiento eficaz de la diabetes en gatos son el control del peso, la nutrición y el uso adecuado de la medicación.

  1. Pérdida de peso. Los gatos diabéticos suelen experimentar un periodo de pérdida de peso poco saludable cuando se les diagnostica la enfermedad. Tu veterinario querrá detener esta pérdida de peso inadecuada y estabilizar a tu gato, posiblemente con el uso de insulina o medicación oral. Si tu gato sigue teniendo sobrepeso una vez estabilizado, el veterinario puede ajustar sus raciones o pautas de alimentación para que alcance un peso saludable e ideal. La obesidad hace que el cuerpo sea más resistente a la insulina, lo que dificulta la baja producción y empeora las cosas. Perder peso puede revertir esta situación y muchos gatos, con ayuda de la alimentación adecuada, pueden remitir por completo.
  2. Nutrición. El mejor alimento para gatos con diabetes es un alimento terapéutico alto en proteínas y bajo en carbohidratos. Se ha demostrado que estos alimentos ayudan a los gatos a volver a la normalidad. Si tu gato tiene varias enfermedades, sobre todo renales, es posible que no pueda consumir este tipo de alimentos. En este caso, el veterinario te recomendará un alimento que actúe de la mejor manera posible teniendo en cuenta todas las enfermedades de tu gato. El veterinario también puede optar por una dieta rica en fibra. Estas dietas pueden resultar más saciantes para algunos gatos que siempre tienen hambre gracias a los alimentos ricos en proteínas. Pueden ayudar a perder peso y a la remisión de la enfermedad. El alto contenido en fibra también contribuye a ralentizar la salida de los alimentos del estómago. Esto significa que los alimentos tardan más en digerirse y la glucosa se libera a lo largo de un período prolongado, en lugar de que se produzcan grandes picos de azúcar que entran rápidamente en el torrente sanguíneo.

    Sea cual sea la alimentación que le proporciones a tu gato, es importante que el horario de las comidas y las proporciones de alimento húmedo y seco se mantengan lo más estables posible de un día para otro. Lo ideal es alimentar al gato a voluntad, pero si necesita perder peso o tener una alimentación racionada, lo mejor son las raciones pequeñas y frecuentes. Los comederos automáticos son muy útiles para dividir el alimento de tu gato a lo largo del día.
  3. Medicación. La insulina se ha utilizado tradicionalmente para estabilizar a los gatos diabéticos. Como hemos comentado, en ocasiones, una vez que los gatos están en su peso ideal, se puede reducir la insulina porque el organismo tiene más tolerancia y el páncreas puede haberse recuperado y estar produciendo cantidades suficientes. En la actualidad también existen medicamentos orales para la diabetes que tu veterinario podría recomendarte en su lugar.

Sea cual sea la medida que tomes, tu gato necesitará un seguimiento. Como ya hemos dicho, es posible que tu veterinario te pida que realices un análisis de sangre en casa. Esto consiste en realizar un pequeño pinchazo en la oreja de tu gato y analizar la glucosa en sangre con un pequeño dispositivo. El veterinario también puede sugerir la colocación de un monitor continuo de glucosa. Es esencial realizar un seguimiento para asegurarte de que tu gato no tiene una medicación demasiado alta, ya que la hipoglucemia (bajada de azúcar en sangre) es una urgencia médica potencialmente mortal. Además, el seguimiento te indicará en qué momento tu gato entra en remisión y puede dejar de tomar la medicación.

Recibir un diagnóstico de diabetes puede resultar bastante impactante. El tratamiento y el seguimiento pueden parecer desalentadores, pero con la ayuda y el apoyo de tu equipo veterinario, seguro que podrás elaborar un buen plan y dar a tu gato la oportunidad de tener una vida larga y feliz.

Revisado por el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA) y la Dra. Emma Milne (graduada en Ciencias Veterinarias, miembro del Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido)