Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota
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La pancreatitis en gatos es una enfermedad inflamatoria del páncreas. Pero, ¿qué hace el páncreas? ¿Qué causa esta inflamación? Aunque esta enfermedad es relativamente rara, aprender a detectar los signos de la pancreatitis felina puede ser muy importante para la salud de tu gato.
Cómo detectar los signos de la pancreatitis felina
El páncreas es un pequeño órgano situado entre el estómago y los intestinos de tu gato. Este órgano tiene dos funciones: producir unas hormonas llamadas insulina y glucagón que regulan el nivel de azúcar de la sangre, y fabricar enzimas digestivas que ayudan a descomponer las grasas, proteínas y carbohidratos en el intestino delgado.
A grandes rasgos, existen cuatro problemas principales que pueden surgir en el páncreas:
Pancreatitis. Se trata de una inflamación del páncreas en la que las células dañadas pierden enzimas. Estas enzimas pueden ser destructivas para el páncreas y los tejidos circundantes, causando dolor y pudiendo provocar daños generalizados. En el resto de este artículo hablaremos principalmente de la pancreatitis.
Diabetes mellitus. Es una enfermedad que afecta a las células endocrinas del páncreas. Hay dos tipos de diabetes: una en la que el sistema inmunitario destruye las células encargadas de producir insulina (mucho más común en perros y humanos que en gatos) y otra relacionada con la obesidad y la resistencia a la insulina, así como una producción reducida de insulina. Este último tipo es reversible en algunos casos.
Insuficiencia pancreática exocrina (IPE). En este caso, el páncreas no produce las enzimas necesarias para descomponer los nutrientes en el intestino delgado, especialmente las grasas. Los animales con IPE suelen tener mucha hambre, pero les cuesta mantener el peso. La insuficiencia pancreática exocrina es poco frecuente en los gatos.
Cáncer. Como ocurre con cualquier otro órgano, el cáncer también puede afectar al páncreas.
La gran diversidad de funciones que desempeña el páncreas hace que los signos de un problema pancreático a menudo se asemejen a los de otras enfermedades. Algunas de esas señales son:
Letargo.
Deshidratación.
Aumento de la sed y de la micción (que se confunden fácilmente con signos de la diabetes).
Falta de apetito o negarse a comer.
Pérdida de peso.
Los vómitos y el dolor abdominal también pueden ser signos de enfermedad, pero son más comunes en humanos y perros con pancreatitis que en gatos. Los gatos que dejan de comer debido a una pancreatitis (o a cualquier causa que provoque la pérdida de apetito) corren el riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso (lipidosis hepática). Estos gatos también pueden mostrar signos de ictericia como ojos y mucosas amarillentas, según explica Experto Animal. Cualquier síntoma, por leve que sea, como el letargo o la falta de apetito, debería suponer una visita al veterinario. La lipidosis hepática es una enfermedad muy grave que puede ser mortal, por lo que cada vez que tu gato deje de comer, debe recibir atención veterinaria y puede requerir hospitalización. Cuanto antes se detecten los signos y se inicie el tratamiento, mejor será el pronóstico de tu gato.
¿Qué causa la pancreatitis felina?
Se desconoce la causa exacta de la mayoría de los casos de pancreatitis felina. Sin embargo, esta enfermedad se ha asociado a gatos que ingieren venenos, contraen infecciones parasitarias o sufren traumatismos como accidentes de tráfico.
El páncreas, el hígado o los intestinos de los gatos presentan una anatomía algo diferente a los perros, y tienden a influirse más entre sí. Teniendo esto en cuenta, los gatos suelen desarrollan pancreatitis junto con la enfermedad inflamatoria intestinal o colangiohepatitis, una enfermedad común que implica inflamación en el hígado. Se denomina triaditis a la manifestación simultánea de estas tres patologías. En los perros, existe una relación entre los alimentos excesivamente grasos y la pancreatitis, mientras que no se cree que la grasa sea un factor desencadenante en los gatos.
Diagnóstico de la pancreatitis en gatos
La pancreatitis en gatos se divide en dos categorías: aguda (repentina) o crónica (continua). Cada tipo puede ser leve o grave. Por desgracia, algunos gatos también pueden sufrir brotes intermitentes de pancreatitis. Según Experto Animal es una de las enfermedades más comunes en los gatos y que con más frecuencia pasa desapercibida. Esto se debe principalmente a que los gatos con casos leves pueden mostrar muy pocos signos de la enfermedad. Los síntomas que no parecen específicos de una enfermedad pueden hacer que los propietarios no programen una visita al veterinario. La pancreatitis felina tampoco es fácil de diagnosticar de forma definitiva sin una ecografía. Incluso puede ser difícil de detectar en una ecografía y a veces requiere de un especialista y posiblemente hasta una biopsia.
Afortunadamente, los científicos veterinarios siguen mejorando las herramientas de diagnóstico disponibles. El análisis de inmunorreactividad de lipasa pancreática felina en suero (fPLI) es un análisis de sangre simple y no invasivo que busca marcadores de pancreatitis. La concentración de inmunorreactividad de tipo tripsina felina sérica no es tan fiable como la fPLI para diagnosticar la pancreatitis, pero puede ayudar a identificar la insuficiencia pancreática exocrina, una enfermedad que el Manual Veterinario MSD Merck señala que pueden desarrollar los gatos con pancreatitis crónica.
A pesar de la mejora de las herramientas de diagnóstico, a menudo el diagnóstico de «pancreatitis felina» sigue siendo un diagnóstico presuntivo, ya que el veterinario no puede saberlo con certeza desde el exterior (a menos que se realice una biopsia del tejido pancreático, algo poco frecuente).
Tratamiento de la pancreatitis felina: atención de urgencia
La pancreatitis felina aguda supone el riesgo más grave y casi siempre requiere hospitalización. La pancreatitis crónica, dependiendo de la gravedad del caso de tu gato, puede requerir visitas periódicas al hospital, pero normalmente puede controlarse en casa.
Mientras esté hospitalizado, tu gato recibirá líquidos por vía intravenosa. Estos son esenciales para la mayoría de los pacientes hospitalizados, ya que mantienen el organismo hidratado y ayudan a mantener niveles equilibrados de minerales como el sodio y el potasio, sobre todo si tu gato vomita. Tu gato puede recibir antibióticos para minimizar el riesgo de pancreatitis supurativa (infecciosa). Los veterinarios del hospital también proporcionarán a tu gato analgésicos, así como medicamentos contra las náuseas si es necesario. Reducir las náuseas y aliviar el dolor puede ayudarles a recuperar el apetito mucho más rápidamente. Debido al riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso cuando los gatos dejan de comer, es posible que le coloquen una sonda de alimentación para que el veterinario se asegure de que está bien alimentado. Puede hacerse por la nariz o, si se necesita un tubo más grande, directamente al esófago.
Cómo alimentar a tu gato durante la recuperación
Tu veterinario enviará al gato a casa cuando esté seguro de que come lo suficiente por sí mismo o de que tú estás preparado para alimentarlo por otros medios, como las sondas de alimentación que hemos mencionado antes.
Hay varios tipos de sondas de alimentación. Una de ellas se ajusta a un collar blando que permite al gato moverse y jugar con normalidad bajo supervisión. El veterinario te explicará las distintas opciones y te enseñará a administrar alimentos, agua y medicamentos a través de la sonda. Aunque los tubos puedan parecer intimidantes y dolorosos, son relativamente fáciles de usar, suaves para el gato y extremadamente importantes para suministrarle calorías y nutrientes esenciales.
Tu veterinario se asegurará de que tienes exactamente el alimento adecuado para tu gato. Su alimentación debe ser altamente digestible y tal vez deba consistir en un alimento terapéutico que también ayude en caso de enfermedad intestinal o hepática. Sigue al pie de la letra las pautas de alimentación de tu veterinario, ya que una nutrición excelente es primordial para superar esta enfermedad.
Aunque los casos graves de pancreatitis felina requieren hospitalización y atención especializada, muchas formas de pancreatitis felina son leves y no suponen una amenaza. Aprender a detectar los signos de un problema y actuar con rapidez es la mejor manera de mantener sano a tu gato. Incluso los gatos que desarrollan problemas adicionales, como insuficiencia pancreática exocrina o diabetes mellitus, pueden vivir una vida larga y feliz con los cuidados adecuados.
Información acerca de la colaboradora

Mindy Cohan, doctora en Medicina Veterianaria
Mindy Cohan es veterinaria en la zona de Filadelfia y graduada por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania Tiene un perro que se llama Jem. Mindy disfruta haciendo senderismo con Jem mientras escucha podcast sobre la guerra civil norteamericana y Abraham Lincoln.
Revisado por el Dr. Hein Meyer (doctor en Medicina Veterinaria, doctorado, diploma ECVIM-CA) y la Dra. Emma Milne (graduada en Ciencias Veterinarias, miembro del Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido)