Cómo realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) en perros y gatos

La reanimación cardiopulmonar (conocida como RCP) es una forma de primeros auxilios que salva vidas. La RCP para perros y gatos puede utilizarse para salvarle su vida si deja de respirar o si su corazón deja de latir. Este aterrador suceso se conoce como parada cardiopulmonar.Si alguna vez le ocurre esto a tu perro o gato, es esencial que sepas cómo realizar la RCP. Para prepararse para este tipo de emergencia, puede ayudarte realizar una formación específica como el curso de primeros auxilios para animales de compañía de vetformación.

Guía paso a paso para realizar la reanimación cardiopulmonar a perros y gatos

Aunque la reanimación cardiopulmonar de mascotas debería ser realizada por un veterinario, si necesitas realizarla tú sigue estos pasos:

1. Comprueba los latidos de tu mascota

Puedes evaluar los latidos del corazón de tu mascota colocando tu mano en el lado izquierdo del pecho, justo detrás de la parte del codo. Comprueba si tu mascota respira observando cómo sube y baja su pecho con cada respiración. Si no sientes los latidos del corazón o si ves que el pecho de tu mascota no se mueve hacia arriba y hacia abajo, empieza a realizar compresiones de pecho de inmediato. Ten en cuenta que las compresiones de pecho varían según el tamaño de la mascota:

• Para gatos y perros pequeños: Coloca la palma de tu mano dominante sobre el corazón y tu otra mano sobre la dominante. Debes realizar las compresiones con el talón de la mano dominante poniendo la otra mano encima.
• Para cachorros y gatitos: Coloca el pulgar en la parte superior del pecho y los otros dedos en la parte inferior. A continuación, utiliza los dedos para comprimir el pecho.
• Para perros grandes o de pecho profundo: Coloca la palma de la mano dominante sobre la parte más ancha de la caja torácica poniendo la otra mano sobre la dominante.
• Para perros con pecho de barril: En el caso de los bulldogs, rottweilers, mastines y staffordshire terriers, haz rodar al perro sobre su espalda. Coloca la palma de la mano dominante sobre la sección más ancha de la parte inferior del pecho (el esternón) y pon la otra mano sobre la dominante. Asegúrate de que tus hombros están justo por encima de las manos y bloquea los codos.

2. Realiza compresiones de pecho

Haz 30 compresiones de pecho seguidas. Si sientes fatiga antes de llegar a la número 30, es mejor que se encargue otra persona si es posible para asegurarte de que se realizan correctamente. En el caso de los perros de gran tamaño, tendrás que presionar con fuerza para hacer latir el corazón, bombeando a un ritmo recomendado de 100 a 120 compresiones por minuto para hacer circular suficiente sangre como para mantenerlo con vida. Si bombeas al ritmo de la canción «Stayin' Alive» de los Bee Gees, lo estás haciendo bien. Comprime el pecho como mínimo hasta la mitad de la extensión normal y deja que el pecho retroceda completamente antes de volver a comprimirlo.

3. Respiración artificial

Extiende completamente el cuello de tu mascota para abrir las vías respiratorias. A continuación, cubre la nariz de tu mascota con la boca, cierre la boca de tu mascota con la mano y exhala en su nariz hasta que veas que su pecho se eleva. Realiza dos respiraciones artificiales.

4. Repetición

Repite los pasos 1 y 2, y comprueba si hay latidos y respiración. Si tu mascota sigue sin respirar o no tiene latidos, repite los pasos hasta llegar al hospital veterinario. Si tu mascota empieza a respirar y detectas un latido del corazón, entonces has logrado realizar la reanimación de forma correcta. En caso de que esto ocurra, es importante tener en cuenta que tu mascota aún no está fuera de peligro. Es imprescindible que un veterinario evalúe a tu mascota lo antes posible, ya que corre el riesgo de volver a sufrir una parada cardiopulmonar.

¿Y si la RCP no funciona?

Aunque no consigas reanimar a tu mascota, sigue practicando la reanimación cardiopulmonar y llévala al veterinario. La mayoría de las clínicas veterinarias cuentan con equipos de emergencia para salvar vidas, como oxígeno, medicamentos inyectables y otros sistemas de soporte vital avanzado que aún podrían salvar a tu mascota. Aunque tu mascota no respire o no tenga latidos detectables cuando llegues al veterinario, al realizar la RCP habrás mantenido el corazón de tu mascota latiendo y los pulmones respirando. Además, cualquier perro o gato que haya sufrido una parada cardiopulmonar y haya sido sometido a una RCP necesita unos cuidados posteriores a la reanimación que solo puede proporcionar un veterinario. Por lo general, estas mascotas necesitarán pruebas adicionales para determinar la causa de la parada cardiopulmonar en primer lugar, así como hospitalización y un seguimiento exhaustivo para ayudarles a recuperarse.

Estar preparado para prestar primeros auxilios, incluida la reanimación cardiopulmonar, es una parte importante de la prevención de situaciones de emergencia en la vida de tu mascota. Aunque no es ideal que los propietarios realicen la reanimación cardiopulmonar de sus mascotas, estar preparado para esta situación podría suponer la diferencia entre la vida y la muerte.