Todo lo que debes saber sobre los cristales en la orina de perros y gatos.

Publicado por Dr. Patty Khuly
medical badge Revisado por DR. Emma Milne.
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Encuentre alimentos que se ajusten a las necesidades de su mascota

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La formación de pequeños cristales en la orina de algunos perros y gatos es algo habitual. Aunque estos cristales son tan pequeños que se necesita un microscopio para verlos, pueden causar problemas. Según el factor que los provoque, pueden ser motivo de preocupación o no. A veces resulta ser una simple infección que se trata fácilmente, pero en otras ocasiones los cristales pueden ser una señal de que existe una enfermedad en otra parte del cuerpo o un problema relacionado con el entorno, como que los gatos estén estresados por la situación en la que viven.

Un chihuahua blanco hace sus necesidades en un poste de la playa

¿Por qué se forman cristales en la orina?

Una de las principales funciones de los riñones es filtrar la sangre para mantener determinados minerales, como el sodio, el fósforo y el calcio, a unos niveles seguros y saludables. Esto implica que es normal que la orina contenga algunos minerales que se eliminan cada vez que el animal hace sus necesidades. Los cristales se forman si se produce algún cambio que altere este cuidado equilibrio. Es posible que aparezca un determinado mineral con niveles muy altos o que la orina sea demasiado concentrada. Piensa en una taza de té. Añades una cucharadita de azúcar y la remueves. El azúcar se disuelve y desaparece a simple vista. Si sigues añadiendo más y más azúcar, al final no habrá suficiente té para contener todo el azúcar y se hará visible en forma de cristales. La solución pasa por añadir más té o menos azúcar.

¿Son un problema los cristales urinarios?

En algunas mascotas, la presencia de unos cuantos cristales microscópicos es algo bastante normal y puede que nunca causen un problema, pero hay ocasiones en las que sí que debemos preocuparnos por la presencia de cristales. En otros casos, son un signo de enfermedades hepáticas o renales, infecciones de la vejiga, intoxicaciones, estrés o problemas hereditarios en razas como el dálmata y el bulldog.

Aunque los cristales son microscópicos, hay ciertos indicadores que pueden advertir de su presencia. Suelen ser indicios de cistitis (inflamación de la vejiga), una infección que también afecta a los humanos. Si has sufrido esta inflamación, sabrás lo desagradable que puede llegar a ser. Entre sus indicios, se incluyen:

  • Sangre en la orina
  • Ganas de miccionar con más frecuencia de lo habitual, pero sin expulsar mucha orina
  • Gemidos y maullidos al intentar orinar
  • Miccionar fuera del arenero o perder el adiestramiento doméstico
  • Dificultades para orinar

En algunas ocasiones, los cristales pueden acumularse y formar cálculos, que pueden causar daños, inflamación y bloquear totalmente el flujo de orina (sobre todo en machos, cuya uretra es más estrecha). Esto es una emergencia médica. Las obstrucciones son más frecuentes en los gatos macho, ya que la uretra es tan estrecha que se obstruye fácilmente con cristales, piedras diminutas o incluso células inflamatorias que actúan como un tapón. Si un animal sufre una obstrucción durante más de unas horas, puede sufrir un fallo renal o una rotura de la vejiga, dos situaciones que pueden ser mortales. Si tu mascota muestra signos de cistitis, debes ir al veterinario, pero si no puede orinar, es necesario que acudas de urgencia lo antes posible.

No todos los cristales son iguales.

Hay varios tipos de cristales que pueden formarse en la orina y que son causados por diferentes enfermedades y procesos. Echemos un vistazo empezando por los más comunes.

  • Estruvita. Estos cristales también se denominan fosfato amónico magnésico (FAM), ya que son los minerales que los forman. Por lo general, se producen por motivos muy diferentes en perros y en gatos. En perros, casi siempre responden a una infección urinaria. Las bacterias hacen que la orina sea más alcalina de lo que debería, por lo que se pueden formar cristales de estruvita que no podrían ocasionarse en la orina ácida. Antes de hablar de los tipos de cristales, conviene mencionar un término que quizás hayas oído alguna vez: enfermedad del tracto urinario inferior (FLUTD). El FLUTD consiste en una serie de problemas que afectan a la uretra y a la vejiga de los gatos y que tienen en común los síntomas descritos anteriormente. Todas las piedras y cristales de los que hablaremos después forman parte de la enfermedad del tracto urinario inferior (FLUTD). Sin embargo, la causa más común del FLUTD es la cistitis idiopática felina (CIF), una afección compleja relacionada con el estrés. Puedes encontrar más información acerca de la enfermedad del tracto urinario inferior (FLUTD) aquí.
  • Oxalato cálcico. Los animales con exceso de calcio, citrato u oxalatos en la orina pueden formar estos cristales y cálculos. También se pueden ver asociados a algunas enfermedades como la hipercalcemia y ciertos cánceres. Según Experto Animal, cuando este tipo de cálculos se forman en los riñones, deben llegar hasta la vejiga para poder ser expulsados. Algunas razas como Yorkshire terrier, Schnauzer y Lhasa Apso son más propensas a estos cálculos que otras.
  • Urato de amonio. Estos cristales y piedras pueden ser un signo de enfermedad hepática tanto en perros como en gatos. Para saber si esta es la causa, el veterinario puede realizar un análisis de sangre y una biopsia del hígado. Sin embargo, podemos ver este tipo de cristales más comúnmente en ciertas razas como un problema hereditario. En este caso, en las que se produce con mayor frecuencia son los dálmatas y los bulldogs ingleses.
  • Cistina. Se trata del tipo de cálculo menos común de los cuatro y suele ser un problema hereditario en razas como el bulldog inglés, los perros salchicha, los bassets y los terranovas. Se dan casi siempre en perros macho y pueden estar relacionados en algunos casos con la testosterona.

¿Cómo se tratan los cristales y cálculos urinarios en perros y gatos?

Como ya habrás adivinado, los diferentes tipos (cada uno con sus distintas causas) requieren tratamientos diferentes. Sin embargo, puede que no sepas que los alimentos terapéuticos pueden ayudar en el manejo de todos ellos.

En primer lugar, el veterinario deberá determinar de qué tipo de cristal o cálculo se trata y si existen problemas subyacentes. En el veterinario necesitarán una muestra de orina reciente, casi con toda seguridad querrán hacer análisis de sangre y posiblemente un diagnóstico por imagen para asegurarse de que no hay cálculos.

Será necesario iniciar el tratamiento correspondiente a las causas. El tratamiento puede ser variado: antibióticos en el caso de una infección de vejiga, reducir o combatir el estrés en el caso de la estruvita o un tratamiento hepático en el caso del urato de amonio.

Seguramente, el personal de la clínica veterinaria te aconsejará un alimento terapéutico. En todos los casos anteriores (salvo los cálculos de oxalato cálcico), estos alimentos pueden disolver los cristales y los cálculos si se utilizan correctamente junto con otros tratamientos. Los cálculos de oxalato cálcico deberán ser extraídos quirúrgicamente, siempre que sea posible, y después podrá utilizarse un alimento para prevenir su reaparición. Estos alimentos tienen múltiples beneficios, como un contenido mineral alterado, niveles de pH específicos para la orina, ácidos grasos omega 3 procedentes del aceite de pescado para combatir la inflamación y, en algunos casos, aditivos naturales para ayudar a reducir el estrés.

La ingesta de agua también es sumamente importante. ¿Recuerdas la taza de té que mencionamos al principio? Una buena ingesta de agua favorece el flujo de orina y permite eliminar los minerales antes de que se empiecen a formar cristales y cálculos. Consulta a tu veterinario sobre las mejores formas de aumentar la cantidad de agua ingerida. Puede que te recomiende hacerlo con alimento húmedo, remojando el alimento seco o mediante dispensadores de agua.

Como siempre, si tienes alguna duda sobre tu mascota o si hay algo que no te parece bien, llévala al veterinario. Siempre es mejor detectar cualquier problema a tiempo que esperar a que sea demasiado tarde.

Información acerca de la colaboradora

Dra. Patty Khuly

La Dra. Khuly se graduó con honores en el Wellesley College y en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania. Obtuvo su MBA en la Wharton School of Business como parte del prestigioso programa de doble titulación VMD/MBA. Ahora es la orgullosa propietaria de Sunset Animal Clinic en Miami, Florida. Pero aún hay más. La Dra. K es una voraz lectora, una entusiasta tejedora, una fanática del yoga, una apasionada de la música, una corredora en ciernes y una «foodie» incansable. Vive en el sur de Miami con tres perros, innumerables gatos, dos cabras rescatadas y un divertidísimo grupo de gallinas.

Puedes leer sus publicaciones en DrPattyKhuly.com y en SunsetVets.com.

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