Al Burmés, buen trepador y saltador, le encanta sentir que su propietario siente adoración por él, aunque puede que no se lleve bien de buenas a primeras con otras razas de gatos.

Al burmés le encanta observar el mundo que lo rodea y su lugar preferido puede ser una ventana con unas amplias vistas.
Rango de peso:
Machos: (grandes) > 5 kg
Hembras: (medianas) 3 - 5 kg
Color de ojos:
Dorado, amarillo
Expectativas:
Esperanza de vida: 9 - 13 años
Necesidad de atención/Socialización: moderada, alta
Tendencia a perder pelo: baja
Pelo:
Longitud: corto
Características: liso
Colores: sable, champán, azul, platino, lila, fawn (leonado), rojo, crema, chocolate, cinnamon (canela), concha de tortuga
Patrón: sólido, concha de tortuga
Poco alergénico: no
Necesidad de aseo general: baja
Reconocimiento de clubes:
CFA, ACFA , FIFe, TICA
Frecuencia: común
El burmés es un gato de tamaño medio, aunque, si lo sujetas, es considerablemente más pesado de lo que parece. Es un gato de complexión fuerte, algo compacto, aunque es muy musculoso y con huesos robustos.
El burmés es un gato redondo por todas partes. La cabeza es redonda, las puntas de las orejas son redondas, los ojos, mentón e incluso las extremidades son redondas. Esta raza es uniforme tanto en lo referente al aspecto como al tacto, y tiene mucha fuerza.
El pelo es corto y brillante. En los gatitos puede verse un sombreado más oscuro en las puntas. Sin embargo, desaparece con la edad, dejando paso a un riqueza en cualquiera de los colores aceptados.
Pese a que los colores aceptados para los burmeses han aumentado en los últimos años, la amplia mayoría de burmeses siguen siendo del tradicional marrón oscuro (sable).
Personalidad
Los más jóvenes son gatos activos y curiosos y se adaptan fácilmente a los cambios. Sin embargo, a medida que se hacen mayores, algunos burmeses pueden volverse en cierto modo demasiado tranquilos, prefiriendo observar en lugar de participar en las actividades.
A cualquier edad, les encanta observar el mundo que los rodea, y su lugar preferido a menudo puede ser una ventana desde la que puedan observar el mundo exterior. Los gatos burmeses se sienten muy cómodos con otros de su misma raza, pero pueden no llevarse tan bien con otras.
Convivencia
Los burmeses son buenos trepadores y saltadores, y deben contar con estantes y árboles para gatos. El Burmés es un gato robusto de complexión fuerte, y siempre debemos vigilar su alimentación para evitar la obesidad, especialmente si el gato no practica mucho ejercicio.
Aunque los burmeses adultos son gatos tranquilos, también tienden a ser muy retozones y les encanta tener su momento para el juego diario. Les encanta que su propietario los adore, les frote el estómago y los acaricien. Una sesión diaria de mimos es esencial para cualquier Burmés.
Historia
En 1930, una gata llamada Wong Mau viajó desde Birmania hasta los Estados Unidos de la mano del doctor Joseph C. Thompson. Aquella gata era de un marrón oscuro y muchos amantes de los felinos pensaron que podía ser simplemente un siamés muy oscuro. El doctor Thompson no compartía aquella opinión y, junto con otros criadores que pensaban igual que él, decidió cruzar a Wong Mau para determinar de qué raza era. Wong Mau fue el inicio de la raza de gato burmés.
Los gatitos de Wong Mau acabaron demostrando la teoría del doctor Thompson. Cuando se cruzó con un siamés, los gatitos obtenidos resultaron ser híbridos burmeses/siameses y siameses puros. Cuando los que parecían híbridos burmeses/siameses se cruzaron entre sí, surgieron los gatitos burmeses de color muy oscuro. Los gatos burmeses de color más oscuros se reprodujeron conforme con la raza, lo que demostró que Wong Mau era, en realidad, un híbrido del siamés y de un gato desconocido de color oscuro.
Por desgracia, al adquirir esta raza mucha popularidad, empezaron a aparecer híbridos en las salas de exposiciones en 1947 en lugar de burmeses puros. La inclusión de híbridos violaba las normas de exposición de la Cat Fanciers' Association, por lo que se retiró el reconocimiento de los burmeses. Su reconocimiento no se recuperó hasta 1953, cuando la Burmese Cat Society of America garantizó que algo así no volvería a ocurrir.